Nuestros equipos aprovechan el calor saliente de los hornos de recalentamiento/tratamiento para precalentar el aire de combustión necesario en los quemadores del propio horno.
De este modo, se reintroduce en el sistema parte de la energía saliente y se reduce notablemente el combustible necesario, con su consecuente reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Nuestros clientes son muy conscientes de ello, sin embargo, en ocasiones no se imaginan cuánto combustible están gastando de más y cuánto dinero están tirando por la chimenea por no contar con un Recuperador de Calor optimizado para su proceso.
Hace pocos días, un cliente nos decía que si el ROI de un equipo que estábamos ofertando era superior a 1 año, seguramente tendría problemas para conseguir la inversión por política de empresa.
El recuperador va instalado en un horno de tratamiento que consume unos 600.000€/mes en gas natural y que sustituye a uno anterior del que nos decían “no esta roto del todo, no creemos que haya motivos para cambiarlo aún”.
En pocas palabras, la diferencia de ahorro de combustible entre el equipo viejo “no roto del todo” y uno nuevo era de un 10%, implicando una diferencia de ahorro de 60.000€ al mes, unos 700.000€ al año. Y el recuperador estaba ofertado por exactamente 60.000€.
Por lo tanto, el ROI del equipo no es que no superase el año, es que apenas era de un mes y al enterarse el responsable del horno, dejó de “ no haber motivos para cambiarlo” a “por qué no lo hemos cambiado antes”.
Hace pocos años los Recuperadores de Calor se cambiaban cuando estaban rotos, tras 10 o 15 años, ahora es IMPRESCINDIBLE revisar si cada uno de los equipos esta dando el rendimiento máximo porque con tiempos de retorno de inversión de pocos meses la inversión es obligatoria.
No solo se puede estar malgastando dinero en combustible, sino que es labor de todos el reducir el impacto medioambiental de una industria tan crítica y necesaria como la del acero.